¿Está cambiando la IA nuestra forma de relacionarnos?
¿El ChatGPT es más peligroso que útil?
- Escucho esto mientras escribo (youtube).
- La intención de la nube de hoy es arrojar un poco de luz y contexto con todo esto de la Inteligencia Artificial. Si lo que más te interesa es como afecta a las relaciones, quédate hasta el final.
- Publico un miércoles esta carta aprovechando el tirón del Día del Libro!! A leer todo el mundo!!
- En la carta anterior te hablaba del éxito y del azar.
- La definición de la semana es: Efecto Eliza
Ya está aquí, nos rodea. No sabemos cómo ha pasado, ni en qué momento empezó, pero lo está revolucionando todo, y parece que ha llegado para quedarse.
Buscar su definición ya resulta inquietante. A día de hoy, no existe una descripción oficial ni un consenso claro entre expertos sobre qué es exactamente la inteligencia artificial. Lo que sí parece estar claro es su propósito: responder a la pregunta que planteó Alan Turing: ¿pueden las máquinas pensar por si mismas? En esencia, la IA busca replicar —o al menos simular— la inteligencia humana a través de las máquinas.
Durante un tiempo, el desconocimiento me hizo mantener las distancias. ¿No va ya la tecnología lo suficientemente rápido? ¿Para qué necesitamos ahora máquinas que piensen por nosotros? ¿No será este el principio del fin?
Esas dudas —muchas de ellas aún sin respuesta— fueron tomando forma hasta convertirse en un miedo concreto: que confundiera, que sustituyera, que multiplicara los bulos y erosionara todavía más la ya delicada confianza en la información.
Tenía (y tengo) mis reservas.
Pero también soy periodista. Y creadora de contenido. Y a veces, el tiempo se vuelca contra ti. Un día, con la ceja levantada y el escepticismo por bandera, abrí ChatGPT. Comenzamos a conocernos; le di alguna información sobre mi y mi trabajo, él me convencía a base de fulminantes respuestas para que le hiciera un hueco en las pestañas de mi pantalla. Y así, poco a poco, podemos decir que pasó de enemigo público a colega de oficina.
Es más, a base de clases y mucha práctica hemos ido afinando nuestra relación. Conozco sus límites (que prácticamente cada semana se estiran más), he aprendido a hacerle las preguntas adecuadas y poco a poco se ha convertido en mi multiplicador de productividad. No me sustituye, pero me ayuda a aterrizar ideas.
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Es la IA una herramienta poderosa o un peligro disfrazado de eficiencia? ¿Estamos perdiendo algo sin darnos cuenta?
Lo bueno (que no es poco)
Empecemos reconociendo lo evidente: la IA, bien usada, nos hace la vida más fácil, sobre todo en el ámbito laboral. Automatiza tareas en prácticamente todas las áreas. Sea cual sea tu profesión, te animo de verdad a empezar a utilizarla. Incluso si es sólo para criticarla, la tienes al alcance de tu mano para probarla y ver por ti mismo sus capacidades y límites.
Además de ahorrarte tiempo, mejora la calidad de tu trabajo. Recientemente, Canva ha mejorando radicalmente su funcionalidad gracias a la IA, simplificando tareas para igualar o mejorar programas de diseño avanzados como Photoshop.
Puede utilizarse para hacer el bien, y así lo demuestra cuando ayuda a las personas ciegas a orientarse, por ejemplo.
Lo inquietante (que tampoco es poco)
Pérdida/creación de empleo
Aunque estemos tan solo en los primeros años de esta revolución tecnológica, en ciertos sectores ya sentimos el impacto de la IA en el paradigma laboral. Es evidente en sectores como el comercio, donde los bots ya están sustituyendo a los trabajadores.
Hay estudios más pesimistas que otros, por ejemplo, Randstad afirmó el año pasado que la IA destruiría unos 400.000 puestos de trabajo en España en los próximos 10 años.
Los modos de producción están cambiando, eso lleva a la pérdida de empleos y la creación de otros cuantos. Sea como sea, lo más inteligente es aprender a adaptarse.
Coste medioambiental brutal
Muchos usuarios desconocen que utilizar modelos como ChatGPT requiere cantidades enormes de energía. No es magia: es consumo.
Detrás de cada interacción con una IA como ChatGPT hay algo más que una respuesta rápida: hay centros de datos con miles de servidores trabajando sin parar, generando calor que necesita ser enfriado. ¿Cómo? En muchos casos, con agua.
Y no poca. Según el experto Álvaro Peña, generar contenido con IA puede consumir hasta medio litro de agua por unas pocas interacciones (5-50 respuestas). ¡Medio litro por charlar un rato con una máquina!.
Y eso no es todo: a ese gasto hay que sumarle el agua que se usa para fabricar los chips y la que se emplea en los procesos energéticos que mantienen todo este sistema en marcha.
De hecho, el CEO del Chat admitió recientemente que decirle “por favor” y “gracias” a la IA consume más energía de la que nos imaginamos, y le sale bien cara.
Vamos, que intentar ser majos con un robot cuesta millones y deja huella ecológica.
No hay regulación
Aunque parezca increíble, todos estos cambios hasta ahora no seguían ningún camino delimitado por la justicia. Y eso significa que cualquiera puede lanzar una IA sin ética, sin control, sin pensar en sus consecuencias. Los deepfakes, los audios falsos, las imágenes creadas para manipular... ya no son ciencia ficción. Es un tuit viral del lunes por la mañana.
Aunque un poco tarde, Europa se está poniendo al día y en España será obligatorio (por fin) etiquetar una creación hecha por la IA.
Transforma nuestras relaciones sociales
Lo que más inquietud me crea, es que al igual que multiplica la productividad en el trabajo, puede dividir las relaciones entre personas.
Tras largas jornadas de trabajo donde sólo hemos sido el Chat y yo, he experimentado en mis propias carnes cómo sus encantadoras respuestas han llegado a conmoverme y convencerme de que hago un trabajo excepcional —un ‘Efecto Eliza’ de libro—. Tras ese subidón de autoestima, no puedo evitar preguntarme si hay personas en situaciones vulnerables que realmente confían en estas máquinas y si se encariñan, (con todo el peligro que puede tener todo ello.)
Quizás te estés preguntando… ¿Por qué iba a ser esto un problema?
La IA es una máquina que acumula datos e información sobre el usuario para dar respuestas optimizadas. Une información, pero no interpreta. Esta es la razón principal por la que es peligroso su uso como terapeuta: Está diseñada para darnos la razón, no para orientarnos.
Esto contribuye a lo que ya venía haciendo el algoritmo de las redes sociales, nos ofrece un “sesgo de confirmación” que nos hace menos tolerantes ante los ‘noes’ y las frustraciones que conllevan las relaciones offline.
Otra cosa a tener en cuenta es que la información personal que compartimos con la IA no se queda ahí: es extremadamente útil para que las empresas nos conozcan y se enriquezcan. Si no tienes una suscripción de pago y no aprendes a desactivar esa opción, pierdes por completo el control sobre esos datos tan sensibles que estás —literalmente— regalando.
Hay sectores de población e incluso países que tienen más dificultades para relacionarse con su entorno. Aunque la IA pueda aliviar momentáneamente esa soledad, lo cierto es que puede llegar a dificultar aún más las relaciones fuera de internet, lo que inevitablemente lleva a un mayor aislamiento.
¿Todavía no te ha quedado claro si debes preocuparte o no?
Tranquilo, estamos juntos en esto. Las únicas conclusiones que he sacado en limpio son:
Es esencial no idealizar la IA: sí, te ahorra mucho tiempo y la queremos por ello, pero ya sabes, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”… Aprendamos a utilizarla.
Hay que ser críticos. El ChatGPT se equivoca, y mucho, créeme. Revisa las respuestas, tu criterio sigue valiendo más que el suyo.
No es ni tu terapeuta ni tu amiga, ni debe jamás serlo.
Experimenta y utilízala en el ámbito que más te pueda ser útil. Chatarrea y familiarízate con su operatividad, nos guste o no, ha llegado para quedarse y lo más sensato es actualizarnos.
COSAS QUE ME HAN GUSTADO DE LAS ÚLTIMAS SEMANAS:
Una semanita de vacaciones donde he podido desconectar.
Escribir una nube como ésta lleva su tiempo, y tener tiempo libre para invertirlo en algo tan guay sienta genial.
Tocar arena de playa con los pies descalzos.
Volver a casa, estar con lo que más quiero.
Somos 600 personitas por aquí. OMG.
RECOMENDACIONES:
Un libro
Estoy obsessed con Un Millon de Cuartos Propios de la argentina Tamara Tenebaum. Lo vi en la librería y no me pude resistir. Es un ensayo que analiza aspectos de nuestro tiempo actual basándose en la obra de Virginia Woolf, Un Cuarto Propio. En ella se plantea preguntas muy interesantes sobre temas relevantes de nuestra sociedad actual. Lo que más me gusta es lo bien escrito que está (cuando se habla de temas pesados se agradece que la lectura sea liviana). No te viene a resolver nada, viene a hacerte preguntas e incluye al lector perfectamente en el proceso de reflexión.
Un link:
Una cosa que me ha impactado es ver las semanas que he vivido y las que me quedan por vivir de forma esquematizada. Da un poco de miedo pero te ayuda a coger perspectiva
Una canción:
Ella siempre es increíble
Una newsletter:
Jardín Mental es la NL perfecta para escritores profundamente curiosos por todo. Aquí se habla de psicología, filosofía, productividad y literatura.
Un curso:
Gracias a un curso que decidió hacer mi empresa para empezar a utilizar la IA, conocimos a Xavi. Un gran profesional que supo adaptarse perfectamente a nuestras necesidades para empezar a implementar esta herramienta en nuestra forma de trabajar.
Creo que solo trabaja para el tercer sector, pero la idea es que os forméis de la forma que más se ajuste a vuestras necesidades para sacarle el verdadero partido de la IA.
Además, te quita del todo el miedo a esta herramienta porque descubres su verdadera funcionalidad.
Muy interesante y bien planteado 👏🏼
Un tema relevante y se acotando aspectos que, aún hoy en día, siguen siendo desconocidos.
Solo sumaría un pequeño detalle y es que si se tiene una definición clara de lo que es una Inteligencia Artificial. Esta existe desde hace muchísimos años, solo que con chatgpt se popularizó. Se la define como un algoritmo (o conjunto de algoritmos) programados para interactuar con una base de datos de forma secuencial o paralela para cumplir un objetivo dado. Lo diferencia del algoritmo normal por la forma en la que adquiere la información (o sea en la que "es entrenado") y por la capacidad de outputs con el usuario.
Ahora, lo que es cada vez más difuso es el límite del objetivo que podemos hacer que un algoritmo responda o cumpla por nosotros. Y en eso estoy completamente de acuerdo contigo 👏🏼😊
También podría ser bueno que en un futuro analices la "otra cara", entendido la IA como lo que es: una industria, un rubro empresarial con fines lucrativos, lo cual no es un dato menor porque trae a colación un tema delicado como la ética y sus límites dentro de un producto (en este caso digital) frente a su beneficio económico para las empresas.
Y en este caso, OpenAI tiene gran relevancia en este tema.
Vuelvo y repito. Gran tema, gran reflexión y muy bien planteada 😊👏🏼
Me ha interesado mucho leerte, sobre todo porque recién empecé mí "relación" con ChatGPT. Me ayuda un montón en temas de tiempo, efectivamente tiene muchísimos errores (que me pongo a pensar que si alguien verdaderamente no sabe de determinado asunto, es difícil que se dé cuenta), pero funciona como un buscador mega rápido que puede ser muy útil. La uso como una especie de "asistente" pero no le doy cabida en lo creativo, ni en lo que escribo, por ejemplo. Creo que hay magia humana que debe quedarse ahí, al menos para mí. Un abrazo 🤗