^ Noviembre, el ‘fall season’ continúa inundando los captions de las redes. Escucho ‘right where you left me´ de Taylor, miro por la ventana. Todo parece tranquilo.
^ Fall significa otoño, pero también caída, descender. Sonrío. Qué listos son los ingleses.
Yo nunca he sido de otoños, no puedo con esa atmósfera de nostalgia que lo inunda todo, esa sensación que por alguna razón te recuerda que has perdido algo, que las cosas se acaban, no sé.
Aquí en estas fechas los bosques se tiñen de diferentes colores antes de dejar caer sus hojas. No digo que no sea bonito, digo que es triste que las cosas se mueran, que dejen de ser. La gente se empeña en romantizarlo, a mi me incomoda.
Para colmo, este año la vida, en su función de excelente maestra que te repite las cosas hasta que las entiendes, me ha hecho transitar dos fall season en medio año. Para los que no lo sepáis hace poco que volví de Australia, por lo que este mayo, por primera vez en mi vida, cumplí años en otoño y no en primavera.
Para una como yo, acostumbrada a celebrar cada año de su vida entre nacimientos de flores y días que se estiran hasta llegar al luminoso y caliente verano, fue todo un cambio.
Pero antes de que el frío invierno me llegara a los huesos, hui hasta el calor de Asia, y de allí a tiempo para terminar el verano de España. Pero no duró mucho. Y ahora vuelvo a transitar estos días que se van apagando cada vez más temprano, como si tuvieran prisa por llegar al invierno. De ese viejo amigo llevo intentando escapar dos años, pero de este no me libro.
Hace unos días, me crucé con un poema de Elizabeth Bishop en la newsletter de Claudia Cuevas, dice así, «El arte de perder no es muy difícil; / tantas cosas parecen decididas a extraviarse / que su pérdida no es ningún desastre. / Pierde algo cada día. Acepta la angustia / de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano. / El arte de perder no es muy difícil. / Incluso perderte a ti (la voz bromista, el gesto / que amo) / Es indudable / que el arte de perder se domina fácilmente, / así parezca un desastre».
Y con él me di cuenta que quizás no me gustaban los otoños porque suponía dejar cosas atrás, perder o transitar el final de algo. No nos gustar perder porque creemos que significa, erróneamente, fracasar. Y sin embargo, cuantos más años y experiencias acumulo, más me doy cuenta que vivir plenamente es transitar continuos adioses. No se puede estar en muchos sitios a la vez, como tampoco se puede tenerlo todo. Nuestro tiempo es limitado, y es ese límite el que nos obliga a soltar. Cuanto más te resistas, mayor es el sufrimiento.
El arte de perder es aprender a soltar. Aprender a despedirse. Nada puede ser eterno, y eso está bien. Es el orden de las cosas. Pero esto no debería hacernos cultivar relaciones utilitaristas de usar y tirar como las que cada vez vemos más a menudo. ¡Al contrario!, saber a ciencia cierta que algo tiene un fin nos tendría que motivar a disfrutarlo con más ganas, a cuidarlo y quererlo tanto, tanto, que cuando llegue el momento, seamos capaces de solar y dejarlo en libertad, porque así tiene que ser.
Como esta semana estoy muy poética y nostálgica os dejo este otro texto de Ernesto Sabato:
“Es curioso, pero vivir consiste en crear futuros recuerdos. Ahora aquí, frente al mar, sé que estoy creando recuerdos minuciosos, que algún día me traerán la melancolía y la desesperanza”.
Ernesto sabe que lo que hoy está viviendo mañana será un recuerdo. Recuerdos porque hay un fin. Tan solo conozco una cosa que sobreviva a la muerte: los sentimientos. Ellos se quedan contigo durante más tiempo, a cuanto más intensidad, más longevidad. Algunos se transformarán en melancolía. Pero no hay que huir de ella, la melancolía es la prueba sensible de que se vivió.
Ya lo dijo Borges en Posesión del Ayer “No hay otros paraísos que los paraísos perdidos”.
Que la nostalgia de los recuerdos nos recuerde que siempre quedan otros paraísos por recorrer y crear. Dice Emilia Pesqueira que ella en sí es un altar de todo lo que ha amado: siempre habrá versiones de ella que amarán lo que amaron, y esa es su ofrenda.
El amor permanece y el dolor se transita. Hay que transitar las pérdidas y las tristezas para que lo nuevo se abra camino. Para que la luz se haga paso entre las grietas. No conozco otra forma, pero sí he acabado en grandes enredos y estancamientos por oponer resistencia. El monstruo siempre está, aunque no lo quieras ver.
Las cosas tienen que terminar para poder empezar de nuevo. Para que nazcan las rosas no solo hay que dejar que las anteriores marchiten, hay que podar sin miramientos para poder resurgir.
Está en nuestra naturaleza acumular; acumular ropa, libros, enseres… y no nos damos cuenta que eso mismo que con tanto mimo guardamos, muchas veces nos atrapa. A través de las muchas cosas que atesoramos sin sentido nos aferramos a etapas que ya no volverán, sin sentirnos preparadas para dejarlas ir. Vaya, con lo bien que sienta resurgir.
El otoño nunca lo ha tenido fácil, es el siguiente después de una temporada donde la mayoría se van de vacaciones, viajan y se enamoran justo antes de que septiembre llegue para volverlos a enfrascar en rutinas. El otoño es lo que viene después de un final apoteósico. O quizás es el fin en si mismo.
Puede que los finales nos disgusten no solo porque representen el desenlace de una etapa, también porque desconocemos lo que nos espera al otro lado. Los principios asustan y son complicados. Suponen salir de tu zona de confort, rumbo a lo desconocido. El paso del tiempo así lo impone mientras te empuja a esos nuevos lugares. Acumular y aferrarte al pasado solo lo complica. Soltar al vacío da miedo, pero te sorprendería donde puedes terminar.
Aunque yo ya tenga muchos principios encima, me doy cuenta que nunca me he sentido del todo preparada antes de empezar algo nuevo. Ni si quiera me he sentido 100% segura de ese siguiente paso. Quizás sea demasiado indecisa o precavida, pero siempre he sido así. Tampoco he dejado que eso me detenga. Hay un lema: “lo hacemos y ya vemos” que retumba en mi cabeza cuando algo parece apetitoso a la par de temerario.
Nunca he necesitado un aval que cubra las reparaciones si algo no funciona. No necesito asegurarme que lo que viene es mejor que lo que dejo atrás. Si sale bien genial, éxitos para mi. Y si sale mal mejor aún, es ahí, en las complicaciones donde encuentro el aprendizaje, el crecimiento. No creo en las malas decisiones, y no hay temor mayor al de una vida no vivida.
Este año junto a sus dos otoños he tenido que aprender a soltar mucho. Ahora, a lo único a lo que me quiero aferrar es a la fe de que siempre hay tierra firme y fértil en el siguiente paso. Suelto con fe de que llegue lo que llegue, estoy preparada para ponerlo en orden y crear fantásticos recuerdos que me lleven, en un futuro, a una turbulenta nostalgia.
Cosas positivas y recomendaciones de la semana:
Algo que me ha hecho mucha ilusión es la gente nueva que hay por aquí. No se cómo pero esta semana me han escrito nuevos suscriptores a través de Substack con tan solo dos publicaciones en esta página (ahora tres). ¡Bienvenid@s y gracias!
Vi con mi familia la peli Pequeña Miss Sunshine. La tenía en pendientes y no me ha defraudado. Te hartas de reír mientras te deja un mensaje bonito y reflexivo. Es una oda a las diferencias. Le doy un 4/5 ¡Recomiendo! Está en Disney+
Convertirte en adulto también te obliga a hacerte cargo de tu economía, y como soy una negada del tema estoy intentando entender como funciona el sistema en el que vivo. Este libro me ha ayudado mucho, se entiende fácil y creo que la portada te lo dice todo. Le doy un 4,5/5 porque cumplió todas mis expectativas :)
Me encanta esta sección porque me hace pensar y resaltar cosas bonitas que me pasan y muchas veces paso por alto. Esta semana mi amiga Carmen me acompañó a ver una actuación de Jazz (aunque no sea su estilo), después nos llenamos la barriga, hablamos y arreglamos el mundo, como siempre que nos juntamos. Carmen es como una bocanada de aire fresco después de una semana aguantando la respiración. ¡Que vivan todas las Carmenes!
Por último, pedí a través de Notes recomendaciones de newsletter ya que aún soy una novata. ¡Me habéis escrito bastante y me encanta! Aquí os dejo algunas de mis favoritas de esta semana. Pero podéis dejarme en comentarios las vuestras o recomendaciones y prometo verlas todas.
Las mías de esta semana:
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Que tengas una feliz semana.
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